Consejo de Seguridad de la ONU se une para acabar la guerra en Siria
La decisión va en contra de las estrategias militares de Rusia en Medio Oriente
Tras casi cinco años de guerra en Siria, el Consejo de Seguridad de la ONU se unió por primera vez en torno a una hoja de ruta para tratar de poner fin al conflicto en ese país.
Los quince miembros del Consejo respaldaron una resolución basada en los acuerdos internacionales logrados el mes pasado en Viena y que prevé el inicio en enero de negociaciones entre el régimen y la oposición y el establecimiento de un alto el fuego.
Además, fija un plazo de seis meses para que las dos partes establezcan un Ejecutivo de transición y de 18 meses para la celebración de elecciones.
Aunque apenas incluye elementos nuevos con respecto a Viena, el texto simboliza el cambio de rumbo que poco a poco ha ido permitiendo a las potencias ponerse de acuerdo sobre unos principios básicos para tratar de acabar con la guerra.
"La resolución que acabamos de aprobar es un hito", dijo el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, que presidió la reunión y que recordó que por primera vez la comunidad internacional "ha sido capaz de unirse sobre una salida" al conflicto.
Para el otro gran responsable de la iniciativa, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, el acuerdo crea "una plataforma única para resolver el derramamiento de sangre sirio".
Antes de ir al Consejo de Seguridad, Kerry y Lavrov lideraron un nuevo encuentro ministerial para dar seguimiento al proceso iniciado en Viena.
En la cita, celebrada en un hotel de Nueva York, estuvieron también entre otros los jefes de las diplomacias de Irán, Arabia Saudí, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, China, Francia, Alemania y el Reino Unido.
Entre los asuntos a discusión figuraron dos que no toca la resolución y que siguen siendo los grandes puntos de división: qué ocurrirá con el presidente sirio, Bachar al Asad, y qué grupos de la oposición participarán en las negociaciones con su Gobierno.
Las potencias, con lenguaje más o menos explícito, no escondieron hoy sus diferencias sobre estos asuntos.
Sobre el futuro de Al Asad, tanto Kerry como los titulares de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, y el Reino Unido, Philip Hammond, dijeron que el líder ha perdido su credibilidad y no puede ser la solución a largo plazo.
Según insistieron los tres, la salida del gobernante es necesaria no solo por motivos morales, sino por una cuestión de "eficacia".
"¿Cómo podría este hombre unir a un pueblo al que en gran parte ha masacrado? La idea de que pueda presentarse de nuevo a las elecciones es para nosotros inaceptable", resumió Fabius.
La situación, en todo caso, ha evolucionado en los últimos meses, pues hasta hace poco la oposición siria se negaba a sentarse a la mesa mientras Al Asad siguiese al frente del país.
"Llegamos a la conclusión de que esa demanda estaba prolongando la guerra, creando más agonía y sufrimiento", admitió Kerry en una conferencia de prensa.
Rusia, que junto a Irán ha sido siempre el gran apoyo internacional de Al Asad, insistió el viernes en que no puede imponerse a los sirios ningún elemento desde fuera.
A pesar de que se discutió más intensamente, tampoco hubo pocos avances sobre la aprobación de una lista que identifique a las organizaciones terroristas que operan en Siria, que quedarían excluidas de las negociaciones de paz.
El texto hace referencia al Estado Islámico (EI) y al Frente al Nusra, dos grupos sobre los que hay consenso y a quienes no incluirá el alto el fuego, pero sigue habiendo "diferencias" sobre otros, reconoció Kerry en una rueda de prensa junto a Lavrov.
Según explicó a los periodistas, se decidió que no era posible alcanzar un consenso por ahora, pero el trabajo seguirá en las próximas semanas bajo el liderazgo de Jordania.
EE.UU. y sus aliados, por un lado, y Rusia, por otro, actúan militarmente en Siria contra los yihadistas, pero sin coordinar sus operaciones.
Con la resolución, las posibilidades de que en algún momento se establezca una cooperación en ese ámbito ganan fuerza, dijo Kerry.
Pese a todas las diferencias que sigue habiendo, el optimismo reinaba en la sede de Naciones Unidas.
"La misión imposible se está haciendo posible. El camino será cuesta arriba, pero es factible", concluyó el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
EFE